viernes, 27 de abril de 2012

EL RESPLANDOR DEL BARROCO - Danza en la corte madrileña -Año II. Nº 125

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Desconocido - Retrato de L .Boccherini - ca. 1764-1767
Desconocido - Retrato de L .Boccherini - ca. 1764-1767  (National Gallery of Victoria, Melbourne)

Luigi Rodolfo Benito Boccherini fue un compositor y violonchelista italiano afincado en España desde los 25 años, donde desarrolló la mayor parte de su carrera como compositor. En este retrato, de artista desconocido, está representado el artista tocando el violonchelo, vestido con ropas de la época.


Luigi Boccherini, contemporáneo de Haydn, que vivió a finales del siglo XVIII, es uno de los compositores más prolíficos de su tiempo aunque paradójicamente sólo sea conocido por el gran público prácticamente por una pequeña pieza: el famoso Minueto procedente de su Quinteto Op 11 nº 5.

Compositor asociado a Madrid donde fuera violonchelista de la corte española y donde muriera en 1805, Boccherini escribió innumerables obras de cámara entre las que se encuentran dos famosas obras que más tarde arreglaría para guitarra: el Quinteto para cuerdas nº 4 “Fandango” y el Quinteto para cuerda “La Ritirata de Madrid”. Boccherini murió en Madrid en la mayor miseria pues, protegido inicialmente por el infante Luis, a la muerte de éste no había conseguido el favor de Carlos IV y paulatinamente había ido deteriorándose su situación material.


Luigi Boccherini - Minuetto - Quinteto Op 11 nº 5

sábado, 21 de abril de 2012

EL RESPLANDOR DEL BARROCO - El éxito que no fue -Año II. Nº 124

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Albert Jacob Cuyp - Paisaje de río con caballos y campesinos - 1658-60
Albert Jacob Cuyp - Paisaje de río con caballos y campesinos - 1658-60  (National Gallery, Londres)

En este cuadro de Cuyp vemos una escena donde unas vacas descansan en un camino bajo la sombra de los árboles. Vemos un jinete, presumiblemente dueño del ganado, paseando tranquilamente con su caballo mientras escucha las indicaciones de uno de sus peones. En el fondo, un pastor dirige a sus ovejas, mientras otros campesinos pasean por las inmediaciones. Definitivamente a punto de romper con la armonía de la situación, a la extrema derecha del cuadro vemos a un personaje agazapado con un rifle apuntando a unos patos que nadan en el lago.


Tomaso Giovanni Albinoni fue un compositor italiano del Barroco. En su época fue famoso como compositor de ópera, pero actualmente es conocido sobre todo por su música instrumental. El Adagio en sol menor que se le atribuye (realmente es una reconstrucción realizada a posteriori) es una de las piezas con más alta aceptación entre los que gustan del periodo barroco. Parte de la obra de Albinoni se perdió durante el bombardeo de Dresde durante la Segunda Guerra Mundial, con la destrucción de la Biblioteca estatal de Dresde, así que se sabe poco de su vida y su música posterior a mediados de los años 1720.

El Adagio de Albinoni o Adagio en sol menor es una obra para orquesta de cuerdas y órgano en sol menor, compuesta en 1945 por el musicólogo italiano Remo Giazotto. Publicado por primera vez en 1958 por la editorial Casa Ricordi, el editor lanzó como argumento de venta que el autor se había basado en unos fragmentos de un movimiento lento de una sonata a trío de Tomaso Albinoni presumiblemente encontrados en las ruinas de la Biblioteca de Dresde tras los bombardeos de la ciudad acaecidos en la Segunda Guerra Mundial, pero una prueba seria de la existencia de tales fragmentos no ha sido nunca encontrada; por el contrario la «Staatsbibliothek Dresden» ha desmentido formalmente tenerlas en su colección de partituras.


Tomaso Albinoni - Adagio en sol menor

viernes, 13 de abril de 2012

EL RESPLANDOR DEL BARROCO - Canon -Año II. Nº 123

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Samuel van Hoogstraten - Vista de un corredor - 1662
Samuel van Hoogstraten - Vista de un corredor - 1662  (Dyrham Patk, Gloucestershire)

El corredor de van Hoogstraten crea la ilusión de una gran profundidad, y anima al espectador a atravesar a toda prisa la casa hasta llegar a la parte posterior, antes de regresar para examinar los detalles. La escoba abandonada del fondo, el gato que simbolizaba la sensualidad, y las sombras oscuras de un hombre y una mujer indican que las tareas domésticas han sido interrumpidas a favor de un interludio amoroso.


J. Pachelbel escribió Canon y giga en re mayor para tres violines y bajo continuo alrededor de 1680, y es la obra más conocida del compositor alemán que vivió entre 1653 y 1706.

Canon y giga de Pachelbel forma parte de esas obras que por un extraño destino se escapan a su propio autor y su época y toman vida independiente de cualquier tipo de contexto. La combinación entre la técnica imitativa del canon y del procedimiento continuo de la variación ostinata otorga a la pieza una faceta intemporal. Quizá hoy en día tenga un heredero en la música de los minimalistas americanos Reich, Adams… Lo cierto es que la obra no ha perdido todavía su esmalte sensual de su cantabilidad y virtuosismo. El canon es un género docto basado en la imitación entre las voces. No en vano Pachelbel lo equilibra con una vivaz y extravertida giga.


J. Pachelbel - Canon y giga en re mayor

domingo, 8 de abril de 2012

EL RESPLANDOR DEL BARROCO - Te Deum laudamus -Año II. Nº 122

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Guercino - Resurrección de Lázaro - ca. 1619
Guercino - Resurrección de Lázaro - ca. 1619  (Louvre, París)

La pintura nos muestra la escena relatada en el Evangelio de San Juan 11, en donde Cristo resucita a Lázaro, uno de sus amigos, que había muerto cuatro días antes y había sido enterrado en una cueva, según la costumbre judía de la época. Todos los personajes del relato se encuentran en la escena: Lázaro semidesnudo siendo desatado, Cristo a la derecha señalándolo, María y Marta sorprendidas por la resurrección, sacerdotes judíos a la izquierda murmurando acerca del milagro y, por último, un personaje con nauseas causadas por el hedor proveniente de la tumba en el extremo inferior derecho de la obra. La composición en diagonales, el juego de luces y sombras, el dinamismo de la obra y el movimiento son todas características del estilo de Caravaggio, al cual Guercino suscribió. La obra lleva un hecho sobrenatural a un plano real y es por ello que el artista solo sugiere la divinidad de Cristo mediante un halo casi imperceptible: el dramatismo no es causado tanto por el milagro en sí, sino por la experiencia de presenciarlo.


Marc-Antoine Charpentier compuso su gran motete polifónico Te Deum (H. 146) en Re Mayor, probablemente entre 1688 y 1698, durante su estancia en la iglesia jesuita de Saint-Louis en París, donde ocupó el cargo de director musical. La obra está escrita para un grupo de solistas, coro y acompañamiento instrumental.

Charpentier escribió hasta seis configuraciones distintas para su Te Deum aunque sólo se conservan cuatro de ellas. Se cree que la composición se interpretó durante los festejos de celebración de la victoria en la batalla de Steinkirk en Agosto de 1692. El preludio a la obra es bastante conocido ya que es la sintonía de la Unión Europea de Radiodifusión.


Marc-Antoine Charpentier - Te deum

jueves, 5 de abril de 2012

DESDE EL ALMA - Un canto humano -Año II. Nº 121

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Rogier van der Weyden - Descendimiento de la cruz - 1434-40
Rogier van der Weyden - Descendimiento de la cruz - 1434-40  (El Prado, Madrid)

 

Pintura

En este óleo de van der Weyden, todavía con la corona de espinas, Cristo muestra un cuerpo bello, pero no atlético, y no se aprecian en él las huellas de la flagelación: como en otros casos, la fidelidad anatómica se sacrifica a la elegancia de las formas. Tiene los ojos en blanco, y muy levemente abierto el derecho, justo para que se vea el globo como una diminuta mancha clara. De la herida que tiene en el costado mana sangre, que se está coagulando, y también agua como se dice en Juan, 19, 34. El paño de pureza -que es uno de los velos de la Virgen- es tan transparente que se ve con claridad la sangre que fluye por debajo y que sin embargo no llega a mancharlo. Bajan el cuerpo de la cruz tres hombres. El de más edad es probablemente Nicodemo, fariseo y jefe judío (Juan, 3, 1-21; 7, 50). El más joven, que parece un criado, tiene los dos clavos -sanguinolentos y de espeluznante longitud- que han quitado de las manos de Cristo y ha logrado que la sangre no manche sus ropas: un pañuelo blanco, unas medias también blancas y una casaca de damasco azul claro. La figura que viste de dorado es probablemente José de Arimatea, el hombre rico que consiguió que le entregasen el cuerpo de Cristo y lo enterró en un sepulcro nuevo que reservaba para sí (Mateo, 27, 57-60) El hombre barbado y vestido de verde que está detrás de José de Arimatea es probablemente otro criado. El tarro que sostiene puede ser el atributo de la Magdalena, con lo que contendría el perfume de nardo, auténtico y costoso con que ella ungió los pies de Jesús (Juan, 12, 3). A la izquierda, la Virgen se ha desvanecido y ha caído al suelo en una postura que repite la del cuerpo muerto de Cristo. Sufriendo con él, está viviendo su Compassio. Tiene los ojos en blanco, entrecerrados. Las lágrimas resbalan por su rostro, y junto a la barbilla una de ellas está a punto de gotear. La sujeta san Juan Evangelista, ayudado por una mujer vestida de verde que es probablemente María Salomé, hermanastra de la Virgen y madre de Juan. Y la mujer que está situada detrás del santo puede ser María Cleofás, la otra hermanastra de la Virgen.

Música

Un réquiem alemán (cuyo título original en alemán es Ein deutsches requiem) es una composición para soprano, barítono, coro y orquesta de Johannes Brahms. Catalogada como su opus 45, se trata de una meditación sobre la vida y la muerte a partir de textos bíblicos. Se estrenó de forma parcial en la Catedral de Bremen el 10 de abril de 1868, día de viernes santo, y de forma completa en 1869 en la Gewandhaus de Leipzig.

El 1 de diciembre de 1867 se programa en Viena un concierto en memoria de Schubert, ocasión que se aprovecha para la presentación de los tres primeros movimientos de Un réquiem alemán. Se cuenta como anécdota que el encargado de la percusión, supuestamente vendido a Wagner, enemigo de Brahms, reventó la obra a timbalazos extemporáneos. Por esta u otra razón, el anticipo de estreno no tuvo éxito. Escuchando esta música no se puede olvidar la faceta de Brahms como director de coros. Así se puede entender mejor el increíble tratamiento técnico y la delicadeza con la que realiza el trazado de la dinámica en esta obra. Por otro lado, lo que se escucha en esta música no es tanto un canto fúnebre religioso, cercano a un determinado credo, como un canto mucho más humano lleno de paz y de esperanza. El mismo compositor escribió que el término “humano” podía muy bien sustituir al “alemán” en el título de su obra.


Johannes Brahms - Primer movimiento - Un requiem alemán op 45

 
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